Gasómetro de Oberhausen

El Gasómetro de Oberhausen, que difícilmente puede pasar desapercibido, se alza como una roca en el oleaje. A esta “roca” que tiene más de 100 años le han pasado muchas cosas. Bombardeado durante la guerra, incendiado durante la reconstrucción y finalmente cerrado en 1988. Algunos casi renunciaron al Brummer de Oberhausen. Pero en lugar de dejar que desapareciera la reliquia de la industria pesada, los ciudadanos se unieron con el ayuntamiento, el gobierno estatal y la Exposición Internacional de Construcción (IBA) Emscher Park y juntos encontraron un nuevo futuro para el cilindro de metal.

Reconstruido y ahora recién renovado, el gasómetro aparece con nuevo esplendor. Lo que es simplemente incomparable aquí es la mezcla de historia industrial y uso cultural actual. La sensación de espacio en la “Catedral de la Industria” es indescriptible. Utilizar estos espacios como escenario de eventos culturales ofrece una experiencia completamente nueva. Ya sean exposiciones, teatro o conciertos, el lugar siempre juega un papel importante. Pero incluso sin un evento especial, puedes visitar el Gasómetro. El viaje en el ascensor panorámico de cristal hasta el techo del gasómetro es un momento culminante por sí solo (juego de palabras intencionado). Pero también puedes hacer un poco de ejercicio y subir los 592 escalones hasta la azotea. Aquí serás recompensado con una vista que definitivamente vale la pena publicar en Instagram. Los aficionados al fútbol incluso pudieron echar un vistazo al interior del estadio del Schalke el día del partido.

En resumen, el Gasómetro es más que un monumento industrial. Desde su cierre hace más de 30 años, y sólo por ello, se ha convertido en un punto de referencia de la ciudad de Oberhausen y, además, en un símbolo inequívoco de reconocimiento para toda la región.